No nos damos cuenta de su importancia y generamos unos hábitos muy descuidados donde tendemos a respirar irregularmente y sin ritmo.
El respirar sin ritmo ni control nos lleva a una perspectiva de la vida totalmente emocional, acumulativa de tensión y de nervios débiles. Hemos de valorar nuestra respiración, es algo tan simple y tan poderoso que parece increíble que se nos haya podido olvidar.
Desde aquí quiero enseñaros a respirar conscientemente, es una herramienta muy poderosa.
El ritmo y la frecuencia de la respiración están íntimamente conectados con nuestros estados emocionales y mentales. De hecho las emociones y la mente hacen que la respiración varíe, por lo tanto si controlamos la respiración, empezamos a ganar control sobre las emociones y la mente. Al hacer más lenta la respiración, calmamos la mente y equilibramos las emociones.
Es una herramienta que puede ser usada para establecer un vínculo de conocimiento profundo con tu subconsciente y tu incosciente, al que con tu mente racional es imposible que llegues. Y lo mejor de todo es que no necesitamos nada más, tan sólo… RESPIRAR.
Cada respiración te es dada, tú no respiras, algo dentro de ti respira. Desde que naciste has estado respirando, sin descanso, sin vacaciones, mientras estás despierto o dormido. Algo respira dentro de ti que te mantiene vivo.
La respiración es el delicado hilo que te une a ti con la fuente, cada inhalación que recibes es un recordatorio, una reafirmación de la divina y eterna presencia dentro de ti.
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